Para mí, el gran libro de Updike es uno pequeño, El Libro de Bech (1970) . Su principal mérito es proponer una versión cruda y muy divertida de sí mismo. En jerga chilensis, es como si Skármeta hubiera tenido sentido del humor y escrito un libro sobre un autor exitosos que tiene un programa de televisión y que sufre de disfunción erectil. Ese humor es raro entre nosotros. Lo que se da, con mayores o menores sofisticaciones, son las tallas de colegio sobre el que se cayó en el patio. Updike es otra cosa. Fue un tremendo reseñador y sus clásicos sobre Conejo ganaron un par de Pulitzer. En El libro de Bech también se presenta como la bibliografía puede ser un subgenéro literario muy divertido. Updike, lo enfatizan hoy Amis y McEwan, era al mismo tiempo, serio y popular. No es poco mérito. Colaboraciones de Updike en The Athlantic y en el New Yorker .-