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Maquieira dixit


"BANQUETE FRATERNO

Domingo noche a la comida privada
que diseñamos con el canciller de Ratzi
bajo un toldo en el desierto de Al Bumba
y los dos solos como mesas de arrimo
y con nuestros gorros de Armani
fue de una ociosidad acongojante:
Mire me dijo, "y si quiere salir vivo
de aquí mejor escúcheme. Nuestra religión
no es un baile. No es una balsa de perdidos
en el mar, ni un manicomio de adivinos.
Su estructura profunda e inamovible
no es libertaria, sino sacramental
y por lo tanto, jerárquica, ¿me sigue?"
Así en ese tono me hablaba, Luchino
y me salía con implantes así como éste;
"Nuestros dogmas no son murallas
que nos impiden ver
sino ventanas abiertas al infinito".
Así igual seguía hablándome, Luchino
mientras yo chupaba mi Bellaterra
con uvas rosadas y quesos hediondos
"Nuestra liturgia no es una farándula
no es una pesadumbre que solicite
a Teresas tetonas ni a desvergonzados
Nuestra liturgia no vive de escalofríos
y sorpresas, de ocurrencias cautivadoras
sino de repeticiones solemnes".
Así seguía mientras yo seguía bebiendo
hasta que lo calmé en un momento dado
y le dije: las brevas van una maravilla"



"La Vida nos estaba embargando de júbilo

Volábamos a la mamama de la luz
en nuestro anodadante Harrier
de cabina ancha
con cajones de ostras, brevas
y vinos caros
llenos de amor y de desastres del corazón

Volábamos para la anunciación de la luz
en fulgurante seguimiento de las estrellas
y curvando la dura rampa del horizonte
Ma entonces mientras prepárabamos el descenso
con caída de vuelo en elipses zambullidas
y hacíamos ajustes de la emnte
para bajar nuestra altura de provocación
y posarnos en toldos milenaristas,
derribamos la entrada colosal al despacho
privado del cuevudo mariscal Ratzinger
Y ahí en las carpas de su mando cumbre
emprendimos la singular visitación celta:
Los entamos en su sillón púrpura
y lo cubrimos de honores por el devastador
atque al portaaviones; por las muertes
de nuestros enamorados en alta vigilia
y por el asalto a las gordas de Fragonard
Y cuando ya íbamos a regalarle el Harrier
para que tubiera alojamiento en el cielo
no estuvo bien ni al gusto de las ostras
Trató de esbozar una redada de lenguas
pero se suavizó cuando le susurramos
que traíamos vino blanco suficiente
como para fundar el Mar Tirreno
La vida nos estaba embargando de júbilo

ma luego enfilamos rumbo al desierto
a tomarnos el reino de Dios por la fuerza
para el salto a la luz
para el deseclipes del firmamento."


Los Sea Harrier (con un clik en el título puede llegarse al libro)

Comentarios

Ángel mutante dijo…
Mire Ud, lo que son las cosas de estos laberintos. Yo como chica un poco disoluta siempre había querido leer algo de Maquiera porque los Harriers me intrigaban de puro amor avioncito, y de pronto un mail suyo y aquí me lo encuentro. Y me alegra la tarde del portaligas y el péndulo de la letra incierta. Puede que sea el comienzo de una irrazonable amistad no del todo clara ni específica pero sí con derrames a uno y otro lado de la línea de flotación. Me dejo hundir por tus palabras.
Si quieres linkearme (dime con qué misil) y eso no te trae mala leche, hazlo y en una de esas yo hago lo mismo, pero nunca se sabe.

Te dejo una gran cantidad de besitos de esos que lamen la miel y el semen en un mismo brochazo como los que dio Michellángelo sin saber que precisamente ahí lo iban a elegir...

Chaooo.
Anónimo dijo…
tubiera o tuviera?

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