Una vez más, la anticoncepción de emergencia y la sexualidad humana dejan de manifiesto el abismo existente entre la moral que promueve la jerarquía católica y la moral que vive nuestra sociedad. Recientemente, monseñor Alejandro Goic expresó que, acorde a la moral católica, en los últimos años la sexualidad se ha convertido en un fin en sí mismo, y al desvincularla de la procreación y del matrimonio se desvincula del amor, favoreciendo la promiscuidad sexual, embarazos precoces y abortos. En lo que a sexualidad y familia se refiere, la moral católica está inspirada en "Humanae Vitae", de Paulo VI (1968). Por una parte se promueve la paternidad responsable, pero además establece que es moralmente inaceptable disociar el fin unitivo del procreativo del acto sexual. Por ello, no confundirse, cualesquiera sean las evidencias científicas, la Iglesia Católica no aceptará la anticoncepción artificial, sea ésta de emergencia o no, independientemente de que el método sea probadamente...