"Los hombres y las mujeres nunca van a entenderse, por lo que
mi humilde consejo es: ¡desistan! ¡Olvídenlo!
Sé que nunca voy a comprender a las mujeres: ¿cómo son capaces de
aplicarse cera hirviendo en la cara interna del muslo, arrancarse los pelos
desde la raíz y todavía tenerles miedo a las arañas?
Por otro lado, me doy cuenta de que las mujeres siempre quieren
saber qué están pensando los hombres. ¿Quieren saberlo? Se los voy a decir:
nada. No estamos pensando en nada, sólo estamos caminando y mirando a la gente
pasar. Esa es la única inclinación natural del hombre, además de ésta: nos
gustan las mujeres y queremos a las mujeres, y hasta aquí llega nuestro
razonamiento.
Por eso les tocamos bocina y les gritamos desde las
construcciones. Porque son las mejores ideas que se nos ocurrieron hasta el
momento. Estamos trabajando en nuevos emprendimientos, pero no es fácil, dado
que nuestra mente está completamente en blanco."
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