"Nos convoca el dolor de innumerables iraquíes por el fallecimiento de don Saddam Hussein. En circunstancias dramáticas para la patria iraquí, sintió el deber de asumir el mando supremo de su Nación. Como todos los iraquíes, había recibido de Dios muchos dones y tenía debilidades y limitaciones. En esta hora le agradecemos a Dios todas las cualidades que le dio y todo el bien que hizo a la Patria iraquí y a su propia Institución, y le pedimos que le perdone los pecados de omisión y comisión que realizó. Sabemos que mientras más alta es la autoridad, más brillan sus cualidades y también sus errores. Le pedimos al Señor, que es misericordioso, que es la fuente de todo bien, que Él lo perdone, tome en cuenta todo el bien que hizo, y lo acoja en su amor y su paz." (by Pancho Concha)