La ira de Monsignore:
"Señor Director:
En su comentario dominical, el señor Carlos Peña escribe sobre la Iglesia católica y sus pastores en Chile, como asimismo sobre el cardenal don Raúl Silva Henríquez y el cardenal don Angelo Sodano, actual decano del colegio cardenalicio.
Es fácil desconocer la realidad para construir una imagen ficticia, y disparar dardos contra ella hasta querer destruirla. En tan lamentable entretención no brillan ni el respeto ni la verdad.
Enlodando de paso a los obispos, a la Iglesia católica en general y a la chilena en particular, con cierta erudición pero sin entender la misión de la Iglesia, concentra esta vez sus dardos en la persona del cardenal don Angelo Sodano.
Pues bien, ya el aprecio que la Iglesia le tiene al Papa Juan Pablo II, considerado uno de los Sumos Pontífices más notables de los tiempos modernos, diluye la imagen del cardenal Sodano que el comentarista pretende presentar. El solo hecho de haber nombrado Secretario de Estado al cardenal Sodano, y así de haberle pedido su apoyo como el colaborador más cercano en la conducción de la Iglesia universal en las tareas de todos los días y en las misiones más delicadas, y de haberle mantenido su confianza durante 16 años, le resta toda verosimilitud al cuadro con el cual el columnista lo difama.
Por otra parte, esa caricatura del cardenal que construye el señor Peña, ¿habría sido capaz de realizar las tareas difíciles que le encomendó el Papa Juan Pablo II? ¿Habría tenido la franqueza para escribirle a Fidel Castro el 13 de abril de 2003, pidiéndole clemencia hacia ciudadanos cubanos que habían recibido duras penas, entre ellas la pena capital? ¿Habría criticado públicamente al Primer Ministro de Israel Ariel Sharon, cuando éste amenazó de muerte al Presidente palestino Yasser Arafat? ¿Habría hecho público, contrariando a países poderosos como los Estados Unidos, su firme rechazo a la justificación esgrimida para proceder a una guerra contra Irak, porque se trataría de una guerra preventiva? ¿Habría manifestado su intención de normalizar las relaciones de la Santa Sede con China, llevando alivio a una situación prolongada y discriminatoria sufrida por los católicos fieles al Obispo de Roma? ¿Y qué decir de su tarea en los años de la crisis de los socialismos reales? ¿O de su misión en la guerra de la ex Yugoslavia, o de la tarea de paz asumida por él en guerras fratricidas de África?
Cuando leí el mezquino comentario que escribió don Carlos Peña con motivo del fallecimiento del querido Papa Juan Pablo II, y al leer diversas reflexiones suyas sobre iniciativas de la Iglesia y sus pastores, percibiendo su falta de objetividad y competencia en dichos temas, quise escribirle sólo un comentario: "Pastelero, ¡a tus pasteles!".
FRANCISCO JAVIER ERRÁZURIZ OSSA
Arzobispo de Santiago"
La respuesta de Peña:
"Señor Director:
Francisco Javier Errázuriz Ossa -Arzobispo de Santiago- se indignó con mi última columna. Todo ello porque comparé el afán pastoral de Silva Henríquez con la suave concupiscencia del poder que mostró, durante la dictadura de Pinochet, Sodano.
Errázuriz guarda inexplicable silencio acerca de ese punto. En cambio busca cuadrar las cuentas de Sodano enumerando notas diplomáticas e insinúa que ¡por el hecho de haberlo nombrado Juan Pablo II está más allá de toda crítica!
En fin, me invita a que me ocupe de mis cosas. "Pastelero a tus pasteles", concluye, sin demasiada imaginación, su nota.
Desgraciadamente me veré obligado a desobedecerlo. Una institución que, como ocurre con la Iglesia, pretende ser maestra de moral y esparcir sus creencias por la esfera pública no puede ponerse al margen de la crítica o aspirar a que los ciudadanos la escuchen en silencio.
CARLOS PEÑA GONZÁLEZ"
La rabieta de la elite:
"Señor Director:
En el comentario titulado "Cosa de cardenales", el columnista Carlos Peña publicó el domingo pasado una especie de diatriba en contra del cardenal Angelo Sodano, invitado a Chile por la Fundación Juan Pablo II.
El cardenal Sodano fue secretario de la Nunciatura y luego Nuncio en Chile, durante 10 años. De regreso a Roma fue designado Secretario de Estado por S.S. Juan Pablo II. Junto con el cardenal Ratzinger, fue uno de sus colaboradores más estrechos.
En el comentario en cuestión es tratado con desprecio como "un tipo que hacía carrera en el Vaticano", "se estiraba la sotana", y "se peinaba con cuidado de galán". Más adelante se le califica de "un funcionario diplomático de aire respingado y sentido del poder, cuya suave tolerancia de la dictadura se hizo entonces famosa". Por si lo anterior fuera poco, agrega que Sodano es "el epítome del cálculo y del sentido de estado, capaz de comulgar, si fuera necesario para el poder de la Iglesia, con ruedas de carreta o con algo peor".
En forma paralela, el comentarista alaba al Cardenal Arzobispo de Santiago, S.E. Raúl Silva Henríquez, con quien el cardenal Sodano habría tenido una vieja pugna, por lo cual la semana pasada "omitió cualquier referencia al papel público del cardenal Silva y prefirió no asistir a la ceremonia que se realizó en su recuerdo".
Sobre estas afirmaciones los suscritos, de los cuales varios somos muy amigos del cardenal Sodano y que iniciamos esta relación cuando era Nuncio en Chile, jamás oímos críticas al cardenal Silva Henríquez, con el cual algunos de nosotros teníamos una relación cordial. Por otra parte, el cardenal Sodano presidió una Misa en la Catedral para recordarlo, lo que omite el señor Peña.
También hay que señalar que el cardenal Sodano visitó en La Moneda a la Presidenta de la República, S.E. Michelle Bachelet, y asistió a un almuerzo en el Ministerio de Relaciones ofrecido por el ministro José Antonio Viera-Gallo en que participaron alrededor de 70 personas, de diversas tendencias, la mayor parte miembros de la Concertación de gobierno, como el ex Presidente Patricio Aylwin y el ex ministro Sergio Bitar.
Finalmente el comentarista critica a la Iglesia, por haber "trastabillado de allá para acá en el espacio público". No nos referiremos a este reproche porque no le reconocemos autoridad en el tema y sí mucha odiosidad.
Es lamentable el afán del señor Peña de ofender a una de las personas importantes de la Iglesia, que tuvo una destacada labor, reconocida mundialmente.
JUAN ANTONIO ÁLVAREZ AVENDAÑO
ROBERTO ANGELINI ROSSI
MARÍA LIDIA ARIZTÍA REYES
ENRIQUE BARROS BOURIE
RICARDO CLARO VALDÉS
CRISTÓBAL EYZAGUIRRE BAEZA
JOSÉ MARÍA EYZAGUIRRE G.
PABLO GRANIFO LAVÍN
LUIS GREZ JORDÁN
JOSÉ TOMÁS GUZMÁN DUMAS
FELIPE JOANNON VERGARA
ROSANA LATUF MICHELSEN
GUILLERMO LUKSIC CRAIG
ARTURO MACKENNA IÑIGUEZ
JORGE MATETIC RIESTRA
PATRICIA MATTE LARRAÍN
ELIODORO MATTE LARRAÍN
ALICIA ROMO ROMÁN"
La respuesta de Peña:
"Señor Director:
Un grupo de lectores -casi todos disfrutando de ese particular estado de beatitud que confieren la prosperidad y la mala memoria- se muestran indignados por la columna en la que comparo a Silva Henríquez y Sodano.
Desgraciadamente eluden la cuestión fundamental: el papel de Sodano durante la dictadura de Pinochet, por esos mismos días en que, según sugieren, departía con algunos de ellos.
Comprendo la molestia de ese grupo de lectores. En nuestro país hay quienes viven su religiosidad como una forma de distinción y como parte de su capital social. Y por eso, quizá, les irrita el recuerdo de esa otra Iglesia -más comprometida con la praxis y con los excluidos- que representó Silva Henríquez.
Como era de esperar, concluyen declarando que no me reconocen autoridad para hablar de asuntos de Iglesia. No veo qué importancia pueda tener una declaración como esa viniendo de un grupo que -fuera del dinero- carece de todo título para trazar la línea de lo que puede ser discutido y lo que no."
"Señor Director:
En su comentario dominical, el señor Carlos Peña escribe sobre la Iglesia católica y sus pastores en Chile, como asimismo sobre el cardenal don Raúl Silva Henríquez y el cardenal don Angelo Sodano, actual decano del colegio cardenalicio.
Es fácil desconocer la realidad para construir una imagen ficticia, y disparar dardos contra ella hasta querer destruirla. En tan lamentable entretención no brillan ni el respeto ni la verdad.
Enlodando de paso a los obispos, a la Iglesia católica en general y a la chilena en particular, con cierta erudición pero sin entender la misión de la Iglesia, concentra esta vez sus dardos en la persona del cardenal don Angelo Sodano.
Pues bien, ya el aprecio que la Iglesia le tiene al Papa Juan Pablo II, considerado uno de los Sumos Pontífices más notables de los tiempos modernos, diluye la imagen del cardenal Sodano que el comentarista pretende presentar. El solo hecho de haber nombrado Secretario de Estado al cardenal Sodano, y así de haberle pedido su apoyo como el colaborador más cercano en la conducción de la Iglesia universal en las tareas de todos los días y en las misiones más delicadas, y de haberle mantenido su confianza durante 16 años, le resta toda verosimilitud al cuadro con el cual el columnista lo difama.
Por otra parte, esa caricatura del cardenal que construye el señor Peña, ¿habría sido capaz de realizar las tareas difíciles que le encomendó el Papa Juan Pablo II? ¿Habría tenido la franqueza para escribirle a Fidel Castro el 13 de abril de 2003, pidiéndole clemencia hacia ciudadanos cubanos que habían recibido duras penas, entre ellas la pena capital? ¿Habría criticado públicamente al Primer Ministro de Israel Ariel Sharon, cuando éste amenazó de muerte al Presidente palestino Yasser Arafat? ¿Habría hecho público, contrariando a países poderosos como los Estados Unidos, su firme rechazo a la justificación esgrimida para proceder a una guerra contra Irak, porque se trataría de una guerra preventiva? ¿Habría manifestado su intención de normalizar las relaciones de la Santa Sede con China, llevando alivio a una situación prolongada y discriminatoria sufrida por los católicos fieles al Obispo de Roma? ¿Y qué decir de su tarea en los años de la crisis de los socialismos reales? ¿O de su misión en la guerra de la ex Yugoslavia, o de la tarea de paz asumida por él en guerras fratricidas de África?
Cuando leí el mezquino comentario que escribió don Carlos Peña con motivo del fallecimiento del querido Papa Juan Pablo II, y al leer diversas reflexiones suyas sobre iniciativas de la Iglesia y sus pastores, percibiendo su falta de objetividad y competencia en dichos temas, quise escribirle sólo un comentario: "Pastelero, ¡a tus pasteles!".
FRANCISCO JAVIER ERRÁZURIZ OSSA
Arzobispo de Santiago"
La respuesta de Peña:
"Señor Director:
Francisco Javier Errázuriz Ossa -Arzobispo de Santiago- se indignó con mi última columna. Todo ello porque comparé el afán pastoral de Silva Henríquez con la suave concupiscencia del poder que mostró, durante la dictadura de Pinochet, Sodano.
Errázuriz guarda inexplicable silencio acerca de ese punto. En cambio busca cuadrar las cuentas de Sodano enumerando notas diplomáticas e insinúa que ¡por el hecho de haberlo nombrado Juan Pablo II está más allá de toda crítica!
En fin, me invita a que me ocupe de mis cosas. "Pastelero a tus pasteles", concluye, sin demasiada imaginación, su nota.
Desgraciadamente me veré obligado a desobedecerlo. Una institución que, como ocurre con la Iglesia, pretende ser maestra de moral y esparcir sus creencias por la esfera pública no puede ponerse al margen de la crítica o aspirar a que los ciudadanos la escuchen en silencio.
CARLOS PEÑA GONZÁLEZ"
La rabieta de la elite:
"Señor Director:
En el comentario titulado "Cosa de cardenales", el columnista Carlos Peña publicó el domingo pasado una especie de diatriba en contra del cardenal Angelo Sodano, invitado a Chile por la Fundación Juan Pablo II.
El cardenal Sodano fue secretario de la Nunciatura y luego Nuncio en Chile, durante 10 años. De regreso a Roma fue designado Secretario de Estado por S.S. Juan Pablo II. Junto con el cardenal Ratzinger, fue uno de sus colaboradores más estrechos.
En el comentario en cuestión es tratado con desprecio como "un tipo que hacía carrera en el Vaticano", "se estiraba la sotana", y "se peinaba con cuidado de galán". Más adelante se le califica de "un funcionario diplomático de aire respingado y sentido del poder, cuya suave tolerancia de la dictadura se hizo entonces famosa". Por si lo anterior fuera poco, agrega que Sodano es "el epítome del cálculo y del sentido de estado, capaz de comulgar, si fuera necesario para el poder de la Iglesia, con ruedas de carreta o con algo peor".
En forma paralela, el comentarista alaba al Cardenal Arzobispo de Santiago, S.E. Raúl Silva Henríquez, con quien el cardenal Sodano habría tenido una vieja pugna, por lo cual la semana pasada "omitió cualquier referencia al papel público del cardenal Silva y prefirió no asistir a la ceremonia que se realizó en su recuerdo".
Sobre estas afirmaciones los suscritos, de los cuales varios somos muy amigos del cardenal Sodano y que iniciamos esta relación cuando era Nuncio en Chile, jamás oímos críticas al cardenal Silva Henríquez, con el cual algunos de nosotros teníamos una relación cordial. Por otra parte, el cardenal Sodano presidió una Misa en la Catedral para recordarlo, lo que omite el señor Peña.
También hay que señalar que el cardenal Sodano visitó en La Moneda a la Presidenta de la República, S.E. Michelle Bachelet, y asistió a un almuerzo en el Ministerio de Relaciones ofrecido por el ministro José Antonio Viera-Gallo en que participaron alrededor de 70 personas, de diversas tendencias, la mayor parte miembros de la Concertación de gobierno, como el ex Presidente Patricio Aylwin y el ex ministro Sergio Bitar.
Finalmente el comentarista critica a la Iglesia, por haber "trastabillado de allá para acá en el espacio público". No nos referiremos a este reproche porque no le reconocemos autoridad en el tema y sí mucha odiosidad.
Es lamentable el afán del señor Peña de ofender a una de las personas importantes de la Iglesia, que tuvo una destacada labor, reconocida mundialmente.
JUAN ANTONIO ÁLVAREZ AVENDAÑO
ROBERTO ANGELINI ROSSI
MARÍA LIDIA ARIZTÍA REYES
ENRIQUE BARROS BOURIE
RICARDO CLARO VALDÉS
CRISTÓBAL EYZAGUIRRE BAEZA
JOSÉ MARÍA EYZAGUIRRE G.
PABLO GRANIFO LAVÍN
LUIS GREZ JORDÁN
JOSÉ TOMÁS GUZMÁN DUMAS
FELIPE JOANNON VERGARA
ROSANA LATUF MICHELSEN
GUILLERMO LUKSIC CRAIG
ARTURO MACKENNA IÑIGUEZ
JORGE MATETIC RIESTRA
PATRICIA MATTE LARRAÍN
ELIODORO MATTE LARRAÍN
ALICIA ROMO ROMÁN"
La respuesta de Peña:
"Señor Director:
Un grupo de lectores -casi todos disfrutando de ese particular estado de beatitud que confieren la prosperidad y la mala memoria- se muestran indignados por la columna en la que comparo a Silva Henríquez y Sodano.
Desgraciadamente eluden la cuestión fundamental: el papel de Sodano durante la dictadura de Pinochet, por esos mismos días en que, según sugieren, departía con algunos de ellos.
Comprendo la molestia de ese grupo de lectores. En nuestro país hay quienes viven su religiosidad como una forma de distinción y como parte de su capital social. Y por eso, quizá, les irrita el recuerdo de esa otra Iglesia -más comprometida con la praxis y con los excluidos- que representó Silva Henríquez.
Como era de esperar, concluyen declarando que no me reconocen autoridad para hablar de asuntos de Iglesia. No veo qué importancia pueda tener una declaración como esa viniendo de un grupo que -fuera del dinero- carece de todo título para trazar la línea de lo que puede ser discutido y lo que no."
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EL HOMBRE DE LA SONRISA BELFA