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Carta del obispo González Errázuriz: Dignidad humana

Señor Director:

El Dr. Fernando Zegers, a propósito de la situación de una mujer que se sometió a técnicas de fecundación extracorpórea, arremete contra mi persona y la de mi hermano obispo Fernando Chomali por haber expuesto la doctrina general de la Iglesia respecto de este tema. Desconoce la elemental distinción que existe entre la objetiva calificación moral basada en la doctrina y la actuación de una persona que en una determinada situación particular de conocimiento, intención y circunstancias comete dicha acción. Por eso, sólo Dios es el que puede juzgar verdaderamente. A nosotros nos corresponde predicar la verdad con caridad.

Yo simplemente he expuesto la verdad de esta doctrina, y está lejos de mí estigmatizar a esa mujer y a su hija por haber recurrido a esas técnicas, como injustamente me atribuye haberlo hecho el Dr. Zegers. Es más, en el nacimiento de esa hija, en lo que hay de natural, ha intervenido la acción creadora de Dios, aunque de alguna manera se lo ha forzado a hacerlo por el medio empleado, como de modo semejante Dios es obligado a actuar cuando el sacerdote que consagra el pan y el vino lo hace en estado de pecado mortal. Paradójicamente, el que ha juzgado en forma pública a esa mujer ha sido el mismo doctor, al inferir esas conclusiones del todo erróneas. Lo que dije es la verdad que enseñan la moral de la Iglesia Católica y la ética natural, que bien debería conocer el Dr. Zegers, quien, a pesar de declararse católico, no acepta, y públicamente contradice.

Éste es el tema central de la cuestión debatida: el no aceptar la enseñanza de la Iglesia en ámbitos donde ésta se encuentra expresamente definida (cfr. Catecismo de la Iglesia nn 2376, 2377, 2378) y provocar con ello la confusión y el error de muchos. Aquí está el verdadero punto que debería preocupar al Dr. Fernando Zegers.

+ Juan Ignacio González Errázuriz
Obispo de San Bernardo

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