VACÍO DE PIERNAS
Al final
una termina
masturbándose
con un pedazo de espejo
se rompe
se sangra
LOS HABITANTES DE LAS CUEVAS DE CATÉTER
Nosotros
los niños enfermos
seguíamos jugando
en las esquinas de las salas comunes
unos amontonados en sillas de ruedas
otros sujetos a una cama donde descansaban
nuestras cabezas condenadas a cascos respiradores
de astronautas abandonados en atmósferas extrañas
o atornillados
a balanzas que mantenían nuestras columnas en su lugar
A la mayoría de nosotros le habían nacido alas de aviones
que obligaban a nuestros brazos
a ser amigos de sueros y calmantes
Cada vez que volvíamos de ser abiertos
seguíamos jugando
y entre mareos posteriores al sueño anestésico
nos contábamos del tiempo
anterior a la morfina
y a las cicatrices
de nuestras casas con sábanas dibujadas
de nuestro propio televisor
de las peleas con hermanos sanos y ausentes
que no dejarían entrar
No llorábamos por las heridas
ni por las enfermeras
ni por el constante perforar de pieles
no acostumbradas a ser cuevas de catéter
ni por la comida que ingeríamos sin molestar
o la continua carencia de padres
Llorábamos por las noches
por el niño nuevo de la cama de al lado que lloraba
que se iría en uno o dos días
que nos recordaba la obligación del llorar.
Alejandra Sofía González Celis nace el 23 de junio de 1976 en el invierno de Santiago de Chile. Ha participado en tres publicaciones en calidad de antologada: "Apuntes a la base del fuego" (Red Internacional del Libro), "Yo no me callo" (Editorial los andes), y "Vagonetas presidenciales" (Edición limitada).
Toda esta info, poesía incluida, está extraida directamente desde el utilísimo e inútil sitio de Ediciones del Temple.
Comentarios
Besitos parapoéticos anormales.