Ir al contenido principal

de la memoria como playback

"... La memoria es el playback de nuestra vidas, y en ocasiones, nosotros no hacemos otra cosa que mover los labios sin emitir sonido alguno, porque es nuestra memoria la que canta a través de nosotros. A lo sumo, en contadas ocasiones, cantamos un poco, desafinamos; pero la memoria nos ayuda poniendo a girar la música de nuestro pasado, nuestros Greatest Hits, cada tanto remasterizados, cada tanto incorporando un bonus-track, versiones alternativas de la misma canción de siempre. Hay un momento imperceptible, pero terrible y trascendente, en que, pienso, finalmente estamos llenos de pasado, de memoria, por lo que nuestro presente y lo que nos queda del futuro, no es más que un constante actuar -cantar- de acuerdo con lo que nos ordena y nos sugiere todo aquello que tuvo lugar hace tiempo. El ayer es el refugio y ya no hay nada nuevo que pueda ocurrirnos, porque todo lo que nos puede llegar a suceder tiene su rumbo ya prefijado en un mapa viejo de la isla electrojaponesa de Karaoke."

Fresán (2002), Mantra, pp. 169-170

Más sobre este librazo por aquí y allá

Comentarios

Anónimo dijo…
"Nos convoca el dolor de innumerables iraquíes por el fallecimiento de don Saddam Hussein. En circunstancias dramáticas para la patria iraquí, sintió el deber de asumir el mando supremo de su Nación. Como todos los iraquíes, había recibido de Dios muchos dones y tenía debilidades y limitaciones. En esta hora le agradecemos a Dios todas las cualidades que le dio y todo el bien que hizo a la Patria iraquí y a su propia Institución, y le pedimos que le perdone los pecados de omisión y comisión que realizó. Sabemos que mientras más alta es la autoridad, más brillan sus cualidades y también sus errores. Le pedimos al Señor, que es misericordioso, que es la fuente de todo bien, que Él lo perdone,
tome en cuenta todo el bien que hizo, y lo acoja en su amor y su paz."

Entradas más populares de este blog

El Nuevo Coloso, de Benjamin Sachs

"Como todos los lectores saben, El nuevo coloso es una novela histórica, un libro meticulosamente documentado situado en América entre 1876 y 1890 y basado en hechos reales. La mayoría de los personajes son seres que vivieron realmente en esa época, e incluso cuando los personajes son imaginarios, no son tanto inventos como préstamos, figuras robadas de las páginas de otras novelas. Por lo demás, todos los hechos son verdaderos -verdaderos en el sentido de que siguen el hilo de la historia- y en aquellos lugares en los que eso no queda claro, no hay ninguna manipulación de las leyes de la probabilidad. Todo parece verosímil, real, incluso banal por lo preciso de su descripción, y sin embargo Sachs sorprende al lector continuamente, mezclando tantos géneros y estilos para contar su historia que el libro empieza a parecer una máquina de juego, un fabuloso artefacto con luces parpadeantes y noventa y ocho efectos sonoros diferentes. De capítulo en capítulo, va saltando de la narració

Tony Montana

  "¿Qué miran? Son todos unos imbéciles. ¿Saben por qué? No tienen los huevos para ser lo que quieren ser. Necesitan gente como yo. Necesitan gente como yo para poder señalarla con sus putos dedos y decir 'ese es el malo'. ¿Y eso qué los hace? ¿Buenos? Ustedes no son buenos. Sólo saben cómo esconderse, cómo mentir. Yo no tengo ese problema. Yo siempre digo la verdad... incluso cuando miento." Tony Montana,  Scarface  (1983)

Una oración muy muy larga o Aquí no hay punto aparte?

La columna es del NYT: "“No book worth its salt is meant to put you to sleep,” says the garrulous shoemaker who narrates the Czech novelist Bohumil Hrabal’s “Dancing Lessons for the Advanced in Age” (1964), “it’s meant to make you jump out of bed in your underwear and run and beat the author’s brains out.” Thirty-three pages into what appears to be an unbroken highway of text, the reader might well wonder if that’s a mission statement or an invitation. “Dancing Lessons” unfurls as a single, sometimes maddening sentence that ends after 117 pages without a period, giving the impression that the opinionated, randy old cobbler will go on jawing ad infinitum. But the gambit works. His exuberant ramblings gain a propulsion that would be lost if the comma splices were curbed, the phrases divided into sentences. And there’s something about that slab of wordage that carries the eye forward, promising an intensity simply unattainable by your regularly punctuated novel. Hrabal wasn’t th