Jueves 28 de Agosto de 2008
Democracia y políticos
Señor Director:
La convención del Partido Demócrata para proclamar a su candidato es un ejemplo brutal de una democracia en la que nadie se puede dar gustos personales. Lo más fantástico de la democracia de EE.UU. es que uno sabe lo que va a pasar, no hay cambio de mecanismo, no hay quienes no cumplan con las reglas, no hay imprevistos. Ahí, los electores son los que mandan. Ellos deciden quién es candidato.
Aquí en Chile no. Aquí deciden otros, no los electores. Deciden las encuestas, deciden los partidos, pero no decide la gente. Y, lo que es peor, deciden sobre la base de mecanismos que se hacen sobre la marcha. Ojalá Chile tuviera mecanismos conocidos y estables para elegir a sus candidatos. Estaríamos viviendo otro tipo de democracia si así fuera.
Ni siquiera hay consenso sobre el número de años que debe durar el Presidente; ahora de nuevo quieren cambiarlo. Imagínense qué dirían los inversionistas si cambiaran los mecanismos de selección y permanencia de los directores del Banco Central cada tanto. Pero claro, eso no lo haría nadie porque dañaría la economía.
Marta Lagos
MORI ( Chile) S.A.
Democracia y políticos
Señor Director:
La convención del Partido Demócrata para proclamar a su candidato es un ejemplo brutal de una democracia en la que nadie se puede dar gustos personales. Lo más fantástico de la democracia de EE.UU. es que uno sabe lo que va a pasar, no hay cambio de mecanismo, no hay quienes no cumplan con las reglas, no hay imprevistos. Ahí, los electores son los que mandan. Ellos deciden quién es candidato.
Aquí en Chile no. Aquí deciden otros, no los electores. Deciden las encuestas, deciden los partidos, pero no decide la gente. Y, lo que es peor, deciden sobre la base de mecanismos que se hacen sobre la marcha. Ojalá Chile tuviera mecanismos conocidos y estables para elegir a sus candidatos. Estaríamos viviendo otro tipo de democracia si así fuera.
Ni siquiera hay consenso sobre el número de años que debe durar el Presidente; ahora de nuevo quieren cambiarlo. Imagínense qué dirían los inversionistas si cambiaran los mecanismos de selección y permanencia de los directores del Banco Central cada tanto. Pero claro, eso no lo haría nadie porque dañaría la economía.
Marta Lagos
MORI ( Chile) S.A.
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