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Nuestra Vida y Arte

IL CASTRATI


Haber sido unos grandes copiones
Fue lo nuestro. Copiamos en ediciones Urtext
Y lo poco que hicimos, lo hicimos
A expensas de habernos volado la cabeza
Que se nos moría de hambre.

Quisimos ser iconoclastas mitómanos
Lenguas desatadas del porvenir
Pero se nos pasó algo peor:
Seguimos los terribles dictados
De la tontona crítica oficial
La que, con sus buenos oficios
Nos convirtió en perros falderos
Respetuosos de una ya larga tradición
Que venía recién saliendo del horno.
La eunuca, que no hace muchos años
Suprimió las peleas de gallos
Siendo que éramos gallos de pelea.

También no, nuestra monja superiora
Que sabía mucho de vida y arte
Inventó la homilía chilena contemporánea
Y nos dijo que la papa había que buscarla
En las grandes obsesiones religiosas
De los viejos místicos malditos.
No hay que olvidarse que al ateo Borges
Lo agarró la Inquisición un mal domingo
Y le dio cuatro latigazos en la espalda
Contra eso no había nada que hacer
Y entonces todo acto creador
Nos produjo un aburrimiento muy nuevo.

Así, nuestra vida y arte acabó afuera:
El pianista norteamericano Arrau
Los franceses Matta y Raoul Ruiz
El neurocirujano panameño Asenjo
El autopoieta Humberto Maturana
El parisino Marqués de Cuevas
Y otras pastas muy cojonudas.

Pero no se aflijan mis doctos perros
Y chupemos juntos de este gran bombo
Aquí esta noche en el Teatro Municipal.
Pasa, pasa Derrida, estás en tu casa
Aquí no nos cuesta nada hacernos famosos.

Maquieira,
La Tirana

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