"DANCE
Ernesto Guajardo
Ernesto Guajardo
ni ahí, ni ahí, ni ahí
wait, wait, wait, wait
yo no te voy a oir
(Axe Bahía)
son los años de la fiesta
y está bien
la tribu se ha disgregado en el artificio
la voz no encuentra su ser la voz
menos que un susurro ahora ni
siquiera el delirio
cree vivir a lo verne
y los ochenta días son permanentes
la voz
ahora
apenas de último segundo en la cuerda
reflejo de reflejos
dice que no
pero también quisiera cantar la canción
del baile
por lo menos
para evitar la honda soledad de las veredas nocturnas
pero ya ni siquiera se necesitan voces
pequeños golpes de corriente yemas
sobre discos
y mucha luz
–sobre todo la luz–
la tribu no se reconoce
ni lo pretende
encantados en la nave de timón fijo
pero que deriva y se deshace:
cuerpos de tripulantes de pasajeros
caen sobre la estela
golpes de agua
de pequeñas rocas
movimiento que escuece pero no fractura
así
los años de la fiesta prosiguen
y pareciera que el maná es eterno en el vientre de la nave
existe la melodía
la comida existe
y la ruta, oh sí, la ruta que nos dicen
en todo momento
desde el salón de bailes
a quien limpia el ácido de los retretes
la ruta es importante:
una cartografía
un trazo que es una herida
pero nadie dice pensar en ello
sobre ese desgarro nos desplazamos
por ello es necesario el baile:
de otro modo, la desesperación
bailamos en la herida
lo hacemos en soledad:
la tribu sabe que continúa siéndolo
conoce la extensión de su mudez
así
no puede permitir que alguien diga:
la verdad sería un estallido
ardor que cauteriza
y sin herida
¿por dónde habríamos de desplazarnos?"
wait, wait, wait, wait
yo no te voy a oir
(Axe Bahía)
son los años de la fiesta
y está bien
la tribu se ha disgregado en el artificio
la voz no encuentra su ser la voz
menos que un susurro ahora ni
siquiera el delirio
cree vivir a lo verne
y los ochenta días son permanentes
la voz
ahora
apenas de último segundo en la cuerda
reflejo de reflejos
dice que no
pero también quisiera cantar la canción
del baile
por lo menos
para evitar la honda soledad de las veredas nocturnas
pero ya ni siquiera se necesitan voces
pequeños golpes de corriente yemas
sobre discos
y mucha luz
–sobre todo la luz–
la tribu no se reconoce
ni lo pretende
encantados en la nave de timón fijo
pero que deriva y se deshace:
cuerpos de tripulantes de pasajeros
caen sobre la estela
golpes de agua
de pequeñas rocas
movimiento que escuece pero no fractura
así
los años de la fiesta prosiguen
y pareciera que el maná es eterno en el vientre de la nave
existe la melodía
la comida existe
y la ruta, oh sí, la ruta que nos dicen
en todo momento
desde el salón de bailes
a quien limpia el ácido de los retretes
la ruta es importante:
una cartografía
un trazo que es una herida
pero nadie dice pensar en ello
sobre ese desgarro nos desplazamos
por ello es necesario el baile:
de otro modo, la desesperación
bailamos en la herida
lo hacemos en soledad:
la tribu sabe que continúa siéndolo
conoce la extensión de su mudez
así
no puede permitir que alguien diga:
la verdad sería un estallido
ardor que cauteriza
y sin herida
¿por dónde habríamos de desplazarnos?"
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