El Licenciado, el Profesor y la Sra. del Animador
Nota del Dr. ...:
Usías Excelentísimas, las cartas que acompañan este informe pericial llegaron a mis manos gracias a la honrosa confianza con que me distinguió, durante su breve estadía en nuestra, digamos, Residencia, el apreciado Señor ... y nada hay en ellas que no corresponda a la realidad.
He procurado ahorrar algunas referencias menores que pudieran violar el pudor de personas bien formadas y herir quizá irreparablemente el sentido cristiano de nuestra juventud, en caso que el material del proceso de autos llegue a ser de público conocimiento.
Por lo demás, este intercambio epistolar expresa mejor que mil documentos periciales la conveniencia de evitar la ejecución en fusilamiento del Señor .... y proporciona información de primerísima mano que permitirá a Vuestras Excelentísimas Señorías conocer la fuente del mal, la raíz de los horrendos sucesos que el país ha debido presenciar hace cosa de no más de un año.
Carta I
Del Profesor ... al Licenciado ...
Santiago, 12 de febrero de 19...
Santiago languidece en verano. Cuestión harto sabida y sin embargo, sin embargo, mi buen amigo, no me decido a ese viaje a la playa al que usted tan gentilmente me invitó, telefónicamente, para año nuevo. Lejos de evitar su conversación, siempre amena y culta (aunque a veces resulte algo reiterativa la mención, jugada a jugada, de aquel memorable partido de ajedrez con un disfrazado Bobby Fisher en el 74 en la plaza del Redentor de Buenos Aires y en el que usted tuvo la amabilidad de concederle las tablas en la jugada 63 al oculto príncipe del deporte ciencia) me resulta imposible de soportar la pura imagen de esas hordas veraneantes sudorosas y repletas de aullidos.
Debo confesarle que no resistiría un minuto rodeado de esos impúdicos femeninos traseros apenas cubiertos con un riachuelo de tela que deja entrever ese bosque de placeres, recinto sólo permitido por todas las leyes al paso del propietario y que se deja en exhibición en una indigna demostración de que la tortura persiste en el Chile democrático. Por lo demás, la generosidad de los escotes de la temporada palidece frente a la nórdica o carioca (cuestión para los sociólogos) moda del topless que amenaza seriamente los cimientos de la cultura occidental, como el mismísimo profesor Freud enseñaría si no estuviera muerto y enterrado por discípulos más dedicados a la seducción de viudas y frígidas cónyuges que a la prosecución de la labor investigativa del gran novelista y reinventor del alma. Senos del tamaño de un balón de fútbol, pezones rosados como el pudor y redondos como aureolas de santo, en fin, las impudicias de febrero en el litoral central me impiden el viaje que mi delicada condición reclama, pero, estando de por medio la salud del alma, cualquier precaución es poca.
Aprovecharé estos días de cemento caliente para proseguir mis averiguaciones acerca de la raíz de la decadencia de la cultura nacional. Por lo demás, una de las ventajas de vivir en una casa antigua como la mía, en pleno barrio Yungay, es disponer de confortable temperatura durante la canícula. Confiado a su comprensión y rezando el angelus tres veces al día por la salvación de su alma, se despide afectuosamente suyo.
Profesor ...
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