Como dice Julio, "el realismo socialista ya era feo en los años cuarenta."
Volodia murió creyendo que estalinista era un elogio y no el peor insulto pues connotaba la atroz muerte de millones. Vivió con sectarismo, tanto en su esfera pública como en su vida privada. Peña dice que lo mejor que se puede decir de él es que fue inconsecuente. Creo que en tal caso, no lo fue lo suficiente, y que, por el contrario, recorrió y promovió esa facilona senda de arrogancia mezclada con buenos deseos que tanta muerte y dolor nos trajo en el siglo veinte.
¿¿¿Qué cresta pasa en Chile que gente cien veces mejor que Volodia, lo llora como si fuera un humanista??!!
¿¿El presidente del PC lo despide diciendo que fue un "demócrata", habiendo toda su vida despreciado como legalidad burguesa esta forma de vida y gobierno!!!??
El único que ha alzado su voz entre el rebaño de floripondias elegías ha sido Germán Marín.
Un gran ex comunista español, Ricardo Muñoz Suay, explicaba así su cambio de mirada: "Con mi anticomunismo actual reafirmo mi antifascismo." Lo escribía en 1978 mientras Volodia vivía en su amplio departamento moscovita gentileza de la nomenklatura. El comisario Volodia jamás fue capaz de suscribir semejante crítica afirmación.
Que concurra al funeral un enviado especial del barbudo que tiene a cerca de 200 presos políticos en su isla es sólo el sumum del evidente y abierto enfrentamiento entre la ideas y la vida del difunto y la libertad.
En La Tercera, el sábado (con esta nota, el suplemento Cultura entra en las grandes polémicas) va esta nota y el título es: "VOLODIA TEITELBOIM ERA UN COBARDE"
"A este país acostumbrado a las pompas, parece ser que le agrada el olor de las flores, no importa quién muera. Me refiero a Volodia Teitelboim. Fue un escritor mediocre, autor de novelas sociales olvidables, de ensayos biográficos redactados desde el lugar común, de antiguos poemas execrables. Fue sobre todo un intelectual, si es que el término le calzaba, cómplice por omisión de las aberraciones sufridas por el pueblo ruso, en particular dada su familiaridad con la nomenclatura soviética, ante los hostigamiento y persecuciones que sufieron numerosos creadores de ese país. Fue un estalinista que, de vuelta a Chile de cada viaje que hacía a la URSS, guardaba el silencio del cómplice ante la suerte de Anna Ajmátova, de Boris Pasternak, etc.
Personaje indeciso dentro de su partido, perro faldero de Pablo Neruda, parlamentario de galas retóricas, su desaparición me lleva a pensar que, como escritor y político, hace años que estaba muerto.
Su única virtud, dentro del viejo cuño de la personalidad comunista, fue sobreponer la lealtad a la crítica, pero ese rasgo era insuficiente ya, incluso comodón, ante el barco que se hundía acá y allá."
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¿ en ese orden?