Ir al contenido principal

hoy: marisol garcía en concierto

Like a rolling stone:

"Este martes, entre 17.45 y 19.15 horas, me hago cargo por primera vez del segmento de martes del espacio CONCIERTO ENFOQUE, el único que por ahora estará centrado únicamente en música. Como el monólogo frente a un micrófono es incompatible con mi ADN, el programa tendrá siempre un invitado musical para una entrevista larga, alejada dentro de lo posible de los afanes promocionales habituales en radio, y en la que las canciones irán acompañando la biografía del hombre o mujer a mi lado. Antes de esa hora completa de conversación, treinta minutos para revisar una muy concienzuda selección musical salida directamente desde mi iPod, e información relacionada.

No sé qué pase, no sé cómo me sienta, no sé si despertaré odios u amores. Dejo mi blog abierto para comentarios de quienes quieran enfrentarse también al misterio. Debuto con el hombre en la foto; Eduardo Pistolas, de Pánico, en su primera entrevista radial desde su llegada a Chile; y una repasada por el invento de los mash-ups y algo de nueva música francesa (Katrine, Vitalic), entre otras cosas que aún no decido del todo.

Garantizo que no escucharán las expresiones "show espectacular", "todo lo que es" ni "no es menor". Aseguro respeto por el tiempo ajeno y dedicación concienzuda a la elaboración da la pauta. Ofrezco una voz no entrenada pero convencida de lo que de ella salga. Inspirará todo el hálito divino de John Peel, santo patrón del espacio cuya imagen me iluminará sobre velas desde el estudio"

Eso lo dijo la señorita
marisol garcía.

profesor

Comentarios

Anónimo dijo…
Claro. Ahora todos canonizaron a san John Peel, y es reducido así al buenaondismo vacío de los medios. Peel era un hombre que miraba hacia los márgenes. No lo mezclen con sus huevadas inofensivas y que gozan del apoyo dse todos los mierdos masivos de incomunicación. En su homenaje, mejor seguir explorando los márgenes.

Entradas más populares de este blog

El Nuevo Coloso, de Benjamin Sachs

"Como todos los lectores saben, El nuevo coloso es una novela histórica, un libro meticulosamente documentado situado en América entre 1876 y 1890 y basado en hechos reales. La mayoría de los personajes son seres que vivieron realmente en esa época, e incluso cuando los personajes son imaginarios, no son tanto inventos como préstamos, figuras robadas de las páginas de otras novelas. Por lo demás, todos los hechos son verdaderos -verdaderos en el sentido de que siguen el hilo de la historia- y en aquellos lugares en los que eso no queda claro, no hay ninguna manipulación de las leyes de la probabilidad. Todo parece verosímil, real, incluso banal por lo preciso de su descripción, y sin embargo Sachs sorprende al lector continuamente, mezclando tantos géneros y estilos para contar su historia que el libro empieza a parecer una máquina de juego, un fabuloso artefacto con luces parpadeantes y noventa y ocho efectos sonoros diferentes. De capítulo en capítulo, va saltando de la narració...

Una oración muy muy larga o Aquí no hay punto aparte?

La columna es del NYT: "“No book worth its salt is meant to put you to sleep,” says the garrulous shoemaker who narrates the Czech novelist Bohumil Hrabal’s “Dancing Lessons for the Advanced in Age” (1964), “it’s meant to make you jump out of bed in your underwear and run and beat the author’s brains out.” Thirty-three pages into what appears to be an unbroken highway of text, the reader might well wonder if that’s a mission statement or an invitation. “Dancing Lessons” unfurls as a single, sometimes maddening sentence that ends after 117 pages without a period, giving the impression that the opinionated, randy old cobbler will go on jawing ad infinitum. But the gambit works. His exuberant ramblings gain a propulsion that would be lost if the comma splices were curbed, the phrases divided into sentences. And there’s something about that slab of wordage that carries the eye forward, promising an intensity simply unattainable by your regularly punctuated novel. Hrabal wasn’t th...

El Gran Santiago