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renunciar, by sanfeliú

sanfeliú me paso un meme que aún no posteo ("cosas raras que tengas", yo no tengo nada raro, forno, sí, carrasco, qué no decir, yo no" me digo, y en eso estoy, revisándome); por mientras, encontré en uno de sus blogs (Cosas que provocan cosas) este poema que me parece una buena canción rock, pongánle música:






"Renunciar a los trabajos mediocres renunciar a labios prohibidos renunciar a la despertada tarde renunciar al valor y entregarse al olvido renunciar al helado que engorda renunciar a la cama que calienta renunciar al dinero que mereces renunciar al sentido de las cosas sin sentido renunciar al trote y optar por la bicicleta

renunciar a la idea de dejar el alcohol y las tortas merengue lúcuma renunciar a otras mujeres por contrato renunciar a la idea obsesiva de ser alguien renunciar a las rotondas y amar carreteras

renunciar a ella que te busca tanto renunciar al niño que no nace renunciar al cola less que te ofertan y al sostén que te desea renunciar al boleto ganador que te grita renunciar a la belleza posible y al desastre imposible renunciar a la defensa de los cisnes y el amor por los perros renunciar a tener otro cachorro y pensar en un libro

renunciar a los proyectos exitosos y entregarse a lo inútil renunciar a la amante y amar a la esposa renunciar a la esposa y devorarse a la amante renunciar al jumper al strip tease a cantar sobre los pianos renunciar al pendejo que eres y que ya no quieres renunciar al mal porque es cuadrado y porque el bien es original renunciar a la poesía porque no es rentable renunciar a tu trabajo porque no es amable

renunciar a la parrillada por amor a las vacas renunciar al cigarrillo por amor al aroma del jazmín renunciar a la búsqueda frenética de algo que no conocemos renunciar a la idea de Dios y creer en el universo

renunciar al billete de diez que le das al cartonero
renunciar al pensamiento revolucionario
renunciar a la fama televisiva
renunciar al teléfono que suena y suena
renunciar a tanta renuncia
y empezar la vida."

Comentarios

Anónimo dijo…
buuueeno
nadie dijo…
ese blog paralelo en que sanfeliu renuncia y nos tiene como deuda

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El Nuevo Coloso, de Benjamin Sachs

"Como todos los lectores saben, El nuevo coloso es una novela histórica, un libro meticulosamente documentado situado en América entre 1876 y 1890 y basado en hechos reales. La mayoría de los personajes son seres que vivieron realmente en esa época, e incluso cuando los personajes son imaginarios, no son tanto inventos como préstamos, figuras robadas de las páginas de otras novelas. Por lo demás, todos los hechos son verdaderos -verdaderos en el sentido de que siguen el hilo de la historia- y en aquellos lugares en los que eso no queda claro, no hay ninguna manipulación de las leyes de la probabilidad. Todo parece verosímil, real, incluso banal por lo preciso de su descripción, y sin embargo Sachs sorprende al lector continuamente, mezclando tantos géneros y estilos para contar su historia que el libro empieza a parecer una máquina de juego, un fabuloso artefacto con luces parpadeantes y noventa y ocho efectos sonoros diferentes. De capítulo en capítulo, va saltando de la narració

Tony Montana

  "¿Qué miran? Son todos unos imbéciles. ¿Saben por qué? No tienen los huevos para ser lo que quieren ser. Necesitan gente como yo. Necesitan gente como yo para poder señalarla con sus putos dedos y decir 'ese es el malo'. ¿Y eso qué los hace? ¿Buenos? Ustedes no son buenos. Sólo saben cómo esconderse, cómo mentir. Yo no tengo ese problema. Yo siempre digo la verdad... incluso cuando miento." Tony Montana,  Scarface  (1983)

Una oración muy muy larga o Aquí no hay punto aparte?

La columna es del NYT: "“No book worth its salt is meant to put you to sleep,” says the garrulous shoemaker who narrates the Czech novelist Bohumil Hrabal’s “Dancing Lessons for the Advanced in Age” (1964), “it’s meant to make you jump out of bed in your underwear and run and beat the author’s brains out.” Thirty-three pages into what appears to be an unbroken highway of text, the reader might well wonder if that’s a mission statement or an invitation. “Dancing Lessons” unfurls as a single, sometimes maddening sentence that ends after 117 pages without a period, giving the impression that the opinionated, randy old cobbler will go on jawing ad infinitum. But the gambit works. His exuberant ramblings gain a propulsion that would be lost if the comma splices were curbed, the phrases divided into sentences. And there’s something about that slab of wordage that carries the eye forward, promising an intensity simply unattainable by your regularly punctuated novel. Hrabal wasn’t th